miércoles, 23 de junio de 2010
ElIndependienteDeCanarias.com
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EL SINDROME DEL LORO
Juan Fco. Díaz Palarea
Hoy, la ciudadanía del mundo mundial, presenta acusadamente unos síntomas al que se le podrían denominar, síndrome del loro, y que se manifiesta cuando las personas repiten sin la correspondiente reflexión o estudio, cualquier tipo de información que les llega, y que el poder mediático transmite a través de la prensa escrita, por los canales de televisión o radios, y por supuesto a través de la globalizada red de Internet.
En la actualidad el exceso de todo tipo de información, que se recibe diariamente por tales medios de comunicación y opinión, causan que el pasivo destinatario de la misma, repita como si fuera un loro lo que oye o ve a diario por tales medios, en donde pululan incluso junta letras que siguen a macha martillo lo que les ordenan las empresas que les pagan, siguiendo intereses espurios, actuando además como creadores de opinión, con su nefasta labor de dar informaciones inveraces o medias verdades que son captadas o aprehendidas por el paciente-ciudadano loro de turno, que inmediatamente las trasmite a las personas de su entrono, repitiéndolas cual sonsonete.
Este estado de cosas y casos, es coadyuvado por el sistema y sus cerebros pensantes, con la cooperación necesaria de una clase política mundial parásita e inútil y lo peor corrupta, que utiliza y maneja este poder mediático a su antojo que convierte a la mayoría de los ciudadanos en auténticos zombis-loros. En el aspecto meramente político, es de resaltar que muchos de estos ciudadanos, por otro lado acuden como si fueran ganado a las llamadas o convocatorias electoraleras manipuladas, o a donde se les reclame por este sistema perverso mercantilista desarrollista, y lo peor resulta que cuando le interesa al mismo, meten a la humanidad, en guerras no justificadas pero lucrativas para las multinacionales traficantes de armas y saqueadoras de recursos naturales y riquezas de terceros países, que en nada han beneficiado al común de los mortales. Todo lo contrario, y como ha pasado lamentablemente en la historia, por estas u otras razones injustificables se han causado lamentablemente cientos de millones de muertos. Hoy nuevamente se sigue en tal execrable tarea, como en los casos de la guerras de Irak o en Afganistán, en donde las vidas humanas no valen nada, sino los instrumentos y maquinas de matar, o el petróleo, gas, o las materias primas, etcétera, de una Planeta Tierra, cuya biodiversidad además por ese afán desarrollista y especulador se sigue destruyendo a pasos agigantados.
Lamentable y desgraciadamente ha ocurrido en la historia, el hecho cíclico de crisis económicas graves, que para mayor inri, han sido siempre causadas o provocadas (fuera de demagogias) por los grandes amasadores de dineros y riquezas, que en su momento han acaparado el poder político, económico o financiero en el mundo, y que han causado siempre pobreza o paro en la mayoría de los pueblos, cuando no lamentablemente como dije antes, millones de muertes, mientras tal clase capitalista parásita y especuladora, ha nadado como ocurre también ahora en el derroche y en la abundancia.
Es claro entonces, que el ser humano ha sido y seguramente por desgracia será para su Habitat y para sus semejantes un peligro en si mismo, por mucho que hayan personas y organizaciones concienzudas en que la humanidad tiene que cambiar de rumbo, aumentar realmente (fuera de gestitos para la galería o foto) la solidaridad entre todos y todas, y por supuesto trabajar mas e incansablemente para que la paz y justicia social sea por fin un valor respetado y protegido por todos los pueblos, así como el inapelable cuidado del Planeta Tierra, de nuestro medio ambiente y de su biodiversidad. Pero ¡claro!, para ello debemos cambiar muchas cosas y hacer por fin la revolución de las revoluciones, con un cambio de ciento ochenta grados en muchas de nuestras conductas, para conseguir que se tome conciencia en la ciudadanía, de que tenemos que ser actores no espectadores pasivos y de que es absolutamente necesario un activismo real y riguroso en los ciudadanos, que deben trabajar o luchar en todos los sectores de la sociedad, para la necesaria consecución del cambio de sistema o de los nefastos y actuales modelos económicos, sociales y políticos globales; empero para ello, tiene la ciudadanía mundial que empezar primero por curarse del síndrome del loro.
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